Quantcast
Channel: Notas de campo y jardín
Viewing all 126 articles
Browse latest View live

Salamanquesas, o el subirse por las paredes

$
0
0

A pesar de que el año meteorológico se está presentando de lo más extraño, las señales de vida que indican la llegada de la primavera no se están haciendo esperar. La semana pasada ya vi las primeras golondrinas y en la presa del embalse de Navacerrada tanto los aviones comunes como los roqueros están rehaciendo sus nidos recogiendo barro al mismo pie del muro. Las ranas comunes cantan ya con todas sus fuerzas en el estanque, gorriones y estorninos hurgan entre las tejas de casa y los milanos negros vuelan en los alrededores.

Los reptiles de menor tamaño, como las lagartijas, se activan en cuanto sale el sol. También están activas las salamanquesas, que en pleno verano son nocturnas pero que ahora, cuando las noches son aún frías, se dejan ver a pleno sol buscando calor y algún insecto que llevarse a la boca.

Entre los muros de casa y el jardín hay una pequeña población de salamanquesas comunes, Tarentola mauritanica, que sobreviven como pueden a los ataques de los gatos del vecindario, sus principales enemigos en áreas urbanizadas.

En este ejemplar, una vez más, vemos ácaros parásitos tanto entre los dedos y patas como en el borde inferior del ojo. También son frecuentes en los bordes del tímpano, aunque esta se ha librado, por el momento.

Aunque en el campo las he visto solapándose en sus microhábitats, en casa mantienen la distancia con las lagartijas, Podarcis hispanica, y frecuentan rincones diferentes. Desde luego, las salamanquesas aprovechan mejor la verticalidad de los muros. No en vano poseen las peculiares laminillas dactilares que les permiten trepar por superficies muy lisas.

Durante la noche las salamanquesas son de color más bien pálido, pero por el día, sobre todo si están tomando el sol, se oscurecen y se mimetizan perfectamente con su entorno, como es el caso de los roquedos de granito de mi zona.

En la costa mediterránea convive con la otra especie ibérica, la salamanquesa rosada, Hemidactylus turcicus, que es aún más urbana y más nocturna. El carácter que las guías utilizan para diferenciar a las dos especies es las laminillas de la parte inferior de sus dedos que en la salamanquesa rosada están divididas dos filas (de ahí el nombre científico del género: hemi=mitad y dactylus=dedo), mientras que en la común, como se ve en la primera foto, tiene las laminillas enteras, en una sola fila. Sin embargo, creo que las fotos son bastante esclarecedoras sobre su diferente aspecto. La salamanquesa común tiene la piel con escamas y verrugas mucho más patentes y el aspecto general es más robusto. También alcanza mayor tamaño.

Las salamanquesas viajan con frecuencia en cargamentos de madera, palets, cajas de frutas, etc. Y así han colonizado medio mundo en los medios de transporte de los humanos. De hecho, en otros países se consideran especies invasoras.


Cleptoparasitismo de gorrión sobre carbonero. Los vídeos

$
0
0
En una entrada anterior comenté que los gorriones de mi jardín "cleptoparasitan", curiosa palabreja, a los carboneros comunes. No repito más explicaciones porque puede verse pinchando AQUÍ.
Ahora puedo mostrar el vídeo donde se ve cómo el carbonero se molesta en abrir el agujero en la cáscara del cacahuete para que luego venga el gorrión a llevarse la semilla.

La ristra de cacahuetes está colgada justo delante de la ventana de mi cocina, con lo que no tengo más que ponerme con el trípode frente al fregadero, cómodamente sentado en una silla. Un curioso "hide" adecuado para los días fríos de viento y lluvia, como este pasado sábado.


Además, añado otro vídeo donde se muestran las interacciones entre las dos especies, según sean machos y hembras.
El macho de carbonero común se diferencia de la hembra porque tiene la línea negra ventral mucho más ancha y el color amarillo del cuerpo más fuerte. En su comportamiento se aprecia que hay una dominancia clara de los gorriones sobre la hembra de carbonero, la del principio del vídeo. Pero el macho de carbonero, especialmente ahora que empieza a estar encelado, discute la posesión de los cacahuetes a la hembra de gorrión. El macho de gorrión domina a todos los demás.
Es curioso, los carboneros tienen el pico más afilado que los gorriones y posiblemente serían más capaces de hacer daño que ellos, como bien saben los que anillan a estas aves y como demuestran al abrir los cacahuetes, sin embargo no se enfrentan verdaderamente y es todo muy ritualizado.


Colémbolos, saltadores con pértiga incorporada.

$
0
0
Hace más de 350 millones de años, en el periodo geológico llamado Devónico, en un húmedo ambiente, iniciaron su vida terrestre unos diminutos artrópodos: los colémbolos. A la vez, los más primitivos anfibios empezaban a salir del agua. Y en el mismo periodo se diferenciaba un grupo de plantas,  Progimnospermas, de las que luego evolucionarían, entre otras, las cycas, los ginkos y los pinos.

La semana pasada, finales de abril, con un tiempo húmedo característico de la primavera, en la Sierra de Gredos, dos representantes de una especie apenas recién llegada a este planeta, paseamos aprovechando los pocos rayos de sol que se filtran entre las ramas de los pinos, Pinus sylvestris. Hace unos minutos que hemos disfrutado viendo en un pilón las evoluciones de dos larvas de salamandra, nacidas el año pasado, muy grandes pero con la cola aplanada y las branquias aún bien desarrolladas, aunque su cuerpo ya está cubierto por las pequeñas manchas amarillas características de la subespecie Salamandra salamandra almanzoris. Un poco más adelante, en medio del camino, llaman nuestra atención unas manchas negras flotando en un charco. De lejos parecen de aceite, pero al acercarnos vemos que se trata de agregaciones de oscuros colémbolos, de la especie Podura aquatica.
Es decir, que mi mujer y yo nos movimos entre los descendientes de tres estirpes que se remontan a 350 millones de años de antigüedad.

 
Hasta hace poco se creía que los colémbolos eran los más primitivos insectos, pero ahora se considera que, si bien son hexápodos, pues tienen tres pares de patas torácicas, están separados de la clase Insecta, formando la clase Entognatha, junto a proturos y dipluros, otros curiosos y primitivos grupos que me encantan y espero que alguna vez puedan protagonizar una entrada en el blog.


Se dice que los colémbolos pueden ser los artrópodos terrestres más abundantes del planeta, no por número de especies, que no está nada mal con más 6.000, sino por el número de individuos que puede superar los 60.000 por metro cuadrado. Habitan en todos los continentes y ecosistemas, la única limitación que tienen es la necesidad de humedad ambiental, pues no tienen la cutícula igual de desarrollada que los insectos. Pero además de vivir en el suelo, en la hojarasca, entre los musgos y cortezas, incluso sobre el agua como el protagonista de hoy, también viven en capas profundas del suelo, en el medio intersticial, y en cuevas. A veces se ven sobre la nieve y, de hecho, viven también en la Antártida.
Los colémbolos son tan sencillos que ni siquiera tienen órganos sexuales para realizar la cópula, el macho deja un paquete de esperma sobre el sustrato y la hembra lo recoge. Algunas especies, eso sí, tienen un cortejo para animarlas. También es simple el aparato excretor, sus productos de excreción se quedan en la parte final del tubo digestivo y se eliminan con la piel de la muda.
Se alimentan de todo tipo de sustancias orgánicas y pequeños organismos que encuentran en su entorno, como algas, bacterias, otros animales y especialmente hongos. Algunos son capaces de roer plantas superiores y pueden llegar a ser plagas en los cultivos.  


En un animal de anatomía tan simple como la del colémbolo, conseguir los saltos que pueden dar es todo un prodigio. En la parte final del abdomen tienen unas extremidades que forman la furca, esa es la pértiga a la que me refiero en el título de la entrada. En posición de reposo, y cuando van andando, que es su manera normal de desplazarse, ésta se encuentra plegada contra el vientre y trabada en su extremo por una expansión ventral a modo de gatillo. Cuando quiere saltar, el colémbolo presiona los fluidos de su cuerpo, como un pistón hidráulico, hacia la parte trasera, forzando a abrirse a la furca, que al ser soltada por el gatillo golpea el suelo y lanza al colémbolo por los aires.
Podura aquaticapuede vivir en el suelo, pero es más fácil verlos sobre el agua, donde forma agrupaciones de cientos de individuos, flotando gracias a su escaso peso y a la tensión superficial. Además su furca es aplanada, lo que le permite saltar sobre la lámina de agua sin romperla. 


Los primeros recuerdos que podríamos llamar naturalistas de mi infancia son de observación de los colémbolos. Para un niño criado en la ciudad, y en aquellos tiempos, no era cosa sencilla el tener acceso al campo. Recuerdo perfectamente, que me quedaba extasiado viendo las evoluciones de unos minúsculos animalillos blancos que andaban sobre la tierra de las macetas de las plantas de interior de mi madre. Bizqueaba fijándome en esos bichitos que de vez en cuando, sobre todo si les molestaba con un palito, daban unos saltos impresionantes. A los nueve años descubrimos que si podía ver esos pequeños bichos era porque tenía bastante miopía, lo cual me permitía acercarme más de lo habitual. Tumbado en la hierba y mirando el suelo es casi imposible no ver colémbolos… si se tiene buena vista cercana, claro.

Ranas de San Antón cantando en mi jardín

$
0
0
En mayo del 2009 me llevé una gran alegría cuando escuché por primera vez ranitas de San Antón,Hyla arborea, en el estanque de mi jardín. Un mes más tarde por fin vi un ejemplar. También el año pasado noté su presencia.

Pero lo de este año ha sido apoteósico, en el jardín puedo oír un buen número de ejemplares y además se escuchan algunos más en los alrededores. No sé de donde han venido pero la ocupación es un hecho. Quizás sean los descendientes del macho que cantó hace tres años, que ya son adultos. Eso me dice que lo que hago para favorecer la vida de los anfibios en casa está teniendo éxito.
Es curioso como se han adaptado estas ranitas a las raras condiciones climáticas de este año. El año pasado, relativamente cerca de aquí, junto al río Manzanares, las vi enceladas y cantando en el mes de febrero, con un frío pelón. Fue en la misma zona donde vi reproducirse a los sapos corredores, como lo comenté en la entrada que puede verse pinchando AQUÍ. Es cuando hice las fotos de esta entrada. Sin embargo, este año no han comenzado su celo hasta bien entrado el mes de mayo, coincidiendo con las subidas de las temperaturas después de unos cuantos días de lluvia.
El siguiente vídeo está grabado el viernes pasado y ya hay puestas en el estanque, aunque no he podido ver ningún aplexus. A la vez que las Hyla se puede oír a las ranas comunes, Pelophylax perezi, con su gran variedad de sonidos, que ahora cantan sin parar, tanto de noche como de día.



Sin duda las ranitas de San Antón son las preferidas de la mayor parte de la gente, su vivo colorido, la manera de trepar y su aspecto de Rana Gustavo, es irresistible. El canto es un tanto estridente pero, afortunadamente para la relación con mis vecinos, solo cantan una corta temporada, durante la reproducción. En pleno verano, cuando se duerme con las ventanas abiertas, quizás haya a quien no les resulten tan simpáticas, por mucho que me gusten a mi.


Esta especie es un ejemplo clásico de cómo se escucha diferente el canto de un ejemplar aislado y cuando se juntan en un coro. Los componentes del coro entran a cantar en momentos precisos para formar una melodía particular para la especie. Los coros se pueden oír desde más lejos y ayudan a atraer a las hembras hacia las charcas. Afortunadamente en esta especie no parece tan fiel a su lugar de nacimiento como otros anfibios porque la colonización de mi jardín, que ha sido totalmente natural, no podría haber sido posible. También es cierto que han tardado más de diez años en asentarse.



Comportamiento territorial en ranas comunes

$
0
0


Ya que estamos en racha anfibia, voy a continuar con las otras ruidosas protagonistas del estanque de mi jardín, las ranas comunes, Pelophylax perezi. Esta vez trataré sobre las peleas de machos, algo sobre lo que ya escribí, muy someramente, el año pasado, en la entrada dedicada a las puestas y el desarrollo embrionario, que puede verse pinchando AQUÍ.
La cuestión es que los machos de esta especie de rana no solo utilizan el canto como reclamo reproductivo, sino también como forma de defender el territorio frente a otras ranas. Lo he observado en muchísimas ocasiones, no solo en el estanque de mi jardín, sino especialmente en el río Guadarrama a su paso por Villalba, hace un montón de años, antes de que decidiesen cementar su cauce para que dejase de ser un río y se convirtiese en una cloaca a cielo abierto.

Creo que el vídeo es suficientemente aclaratorio, pero insisto en varias cuestiones:
  •  Los machos ocupan, por largas temporadas, siempre el mismo lugar en el estanque. Puede haber algunas pequeñas variaciones en función del crecimiento de las hojas de los nenúfares, pero a grandes rasgos ocupan un territorio de entre medio metro y un metro cuadrado. Los reconozco por su color y diseño.
  • Entre medias puede haber pequeños ejemplares a los que no suelen hacer ningún caso, si se quedan quietos y callados. No he observado canibalismo, aunque es posible, y por tamaño, desde luego, son perfectamente capaces.
  •  Los machos cantan mirando a uno de los vecinos y si este les responde se establece un "diálogo" que suele terminar con empujones, saltos encima e incluso intentos de abrazo. 
  • Los "abrazos" no son igual que los amplexus que realizan con fines reproductivos. Cuando están muy encelados los realizan incluso sobre otros animales, como sapos o gallipatos y son muy persistentes. Estos abrazos de pelea se sueltan rápidamente, incluso antes de que haya un sonido de queja por parte de receptor.   
  • Una vez resuelta la "discusión" cada cual vuelve a su territorio y a su "posadero". Supongo que habrá casos con un vencedor muy claro, pero yo no los he visto, posiblemente opten por una discreta huida.
  • Los ejemplares menores y las hembras ocupan espacios periféricos, en orillas, piedras y en zonas encharcadas con plantas, laterales al estanque.


En el vídeo se puede ver y escuchar, un poco antes de segundo 30, un canto suave que suelen emitir a la vez que mueven las patas traseras, a veces lo emiten también cuando se alarman. Creo que tienen otra forma de comunicarse a través de las ondas que producen en el agua y muchas veces coincide con ese sonido que no se produce hinchando los sacos vocales.


Aún me queda mucho por entender y por interpretar el sentido de los distintos tipos de canto. Supongo que el comportamiento de estas ranas es más complejo de lo que se ha supuesto hasta ahora. No es tan simple como lo que tradicionalmente se ha dicho: Si es más grande es un enemigo, si es más pequeño me lo como y si es de mi tamaño lo monto.
Creo que no me voy a aburrir sentado en el banco frente al estanque a la sombra del olmo.

Piezas de Museo: Fauna en peligro

$
0
0

"El Aye-aye no es una exclamación de dolor, sino el nombre de un extraño y pequeño mamífero de Madagascar ..."
Así comenzaba un artículo que apareció, cuando yo era un niño, en unos carteles de ADENA firmados por Félix Rodríguez de la Fuente. Trataba sobre la grave situación de amenaza que sufría esta rara especie y los proyectos para su recuperación.
A mí, hasta hace bien poco, sí se me escapaba una exclamación de dolor y rabia y recordaba esa frase cada vez que veía al ejemplar de aye-aye, que se mantenía en las pésimas condiciones de unos almacenes del Museo de Ciencias fuera de Madrid. Afortunadamente, para esta pieza en concreto, la vitrina lo protegió del polvo y las humedades, no todas pudieron decir lo mismo.  

Por eso, a la más mínima oportunidad que me dieron, el aye-aye fue uno de los animales rescatados del olvido para ser colocado en una de las exposiciones permanentes del Museo Nacional de Ciencias Naturales titulada "BIODIVERSIDAD"
El aye-aye ha pasado a ser un ejemplo, como en aquel artículo que leí de niño, de qué y cómo debemos conservar. Es un ejemplo de singularidad evolutiva: la única especie en su género y en su familia perteneciente a un grupo, los lemures, de por sí particulares y que, además, habita en una isla y en un ecosistema seriamente amenazado.

Igual suerte habían corrido otras piezas, como el esqueleto de canguro que hasta fue protagonista gráfico de un artículo del diario El País, titulado "El museo de los horrores".

Ahora, limpio y restaurado es una de las piezas protagonistas de la nueva exposición en una vitrina dedicada a mostrar la anatomía comparada a través de los esqueletos de aves y mamíferos. Poco a poco vamos sacando a la luz estas piezas de museo. Piezas en peligro de extinción. 

Nunca está de más recordar que la mayoría de estas piezas, animales taxidermizados y esqueletos, tienen entre 150 y 80 años de antigüedad, alguno aún más y muy pocos menos, que proceden de algún zoológico que los ha donado a su muerte. Ahora no se mata ningún animal con esta finalidad, y servir a la educación de las generaciones presentes y futuras es el fin más noble que pueden tener sus restos.
A primeros de abril se inauguró esta exposición en la sala principal de la sección de Zoología del Museo y a mi me tocó colaborar en su realización. 

La exposición se divide en tres secciones. En la primera se explica qué es la Biodiversidad, cómo se manifiesta y distribuye. La segunda trata sobre la evolución, mecanismos evolutivos, selección natural y artificial. Y la tercera y ultima parte, sobre la extinción y la conservación de la Biodiversidad.

Mi trabajo consiste en distribuir los contenidos, desarrollados por científicos especialistas, intentar si es preciso, adecuar los textos al nivel del público del museo, y seleccionar las piezas y el modo de colocarlas para que puedan ayudar a explicar esos conceptos. También propongo y desarrollo temas concretos, como este de los cuernos, entre la diversidad de formas, ... 

... o el ecosistema en el entorno y el interior de un búfalo africano, como ejemplo de que también es Biodiversidad la forma en que se interrelacionan los organismos entre sí y con su entorno.

Como doy a entender más arriba, mi empeño personal es poder sacar el mayor número posible de piezas a la exposición. Y entre ellas hay algunas de especial importancia, como el elefante africano, que está próximo a cumplir los 100 años de edad,....
... y la jirafa, que por ciertos maltratos que tuvo en tiempos pasados ahora se ha quedado como muestra de las esculturas que hay bajo las pieles de los animales taxidermizados por los hermanos Benedito.
También se expone una muestra de especies extintas, entre otras: el alca gigante, unas réplicas de cabeza y huesos de dodo y nuestro espectacular lobo marsupial.

Desde que se inauguró la exposición algunos de los especialistas que participaron en su desarrollo han ofrecido conferencias y visitas guiadas explicando sus contenidos científicos. Ahora, el 3 de julio a las 7 de la tarde, me toca a mi hablar. Pero no voy a centrarme en los contenidos conceptuales, sino en muchas otras cosas que las piezas nos pueden contar. Estáis todos invitados. La entrada es gratuita.

Bañarse con golondrinas

$
0
0
Entre la publicidad de viajes de vacaciones empiezan a aparecer con relativa frecuencia anuncios que ofrecen bañarse con delfines, tiburones ballena, tortugas o mantas raya, pero no he visto ninguno que de la posibilidad de bañarse con golondrinas. Y eso es lo que he hecho, aunque no estuviese en el programa, la semana pasada en una casa rural de la Serranía de Ronda.


En una piscina, casi literalmente colgada en la ladera de una montaña, cuando por las tardes nos refrescábamos del agobiante calor sufrido durante el paseo diario, las golondrinas venían a bañarse con nosotros con todo el descaro del mundo.
Como decía el gran Félix, dejo hablar a las imágenes
Son las de las fotos anteriores golondrinas comunes, Hirundo rustica, pero también las dáuricas, Hirundo daurica, nos regalaron la vista con sus baños y tomas de agua en pleno vuelo.

Igualmente aviones comunes y roqueros nos sobrevolaron, además de abejarucos y vencejos, pero no se atrevían a bajar estando nosotros cerca.
La que tampoco se quiso perder nuestro baño fue la lavandera blanca, Motacilla alba, bastante despeluchada ella...

... y numerosos verdecillos, Serinus serinus, que se alimentaban en las espigas del entorno y acudían tímidamente a beber agua en algún charquito que encontrasen.

Planarias, refrescando la memoria

$
0
0
Seguro que muchos de los paseantes de este fin de semana en el valle de la Barranca, en Navacerrada, han buscado, como yo, la sombra de los pinos y refrescarse en la fuente de Mingo. Especialmente si íban de paso, a la ida o a la vuelta, de ascensiones más ambiciosas, como hacia la Bola del Mundo o La Maliciosa.
Solo algunos se habrán dado cuenta de que en el fondo de la pequeña pileta viven una especie de pequeños gusanos negros de poco más de un centímetro de longitud. Y unos pocos, al ver su aspecto, pensarán que están en presencia de sanguijuelas, pues su aspecto es realmente parecido. También se podrán encontrar, aunque no tan fácilmente, en los arroyos del entorno del valle.
Planarias bajo una piedra en el fondo de la pileta de la Fuente de Mingo. La Barranca, Navacerrada.

Pero no son sanguijuelas, las sanguijuelas tienen la parte de la cabeza afilada y en la cola una ventosa. Estamos en presencia de planarias. Sin estar seguro al cien por cien, creo que de la especie Polycelis felina (si me equivoco avisadme, por favor, no soy un experto ni mucho menos).
Las planarias son gusanos planos (filo Platelmintos) de la clase de los turbelarios, que son de vida libre y no parásitos como otros gusanos del mismo filo. Los hay marinos, de agua dulce y habitantes del suelo húmedo y se alimenten de otros animalillos de su entorno. Así, si para refrescarnos metemos las manos o los pies en el agua de un arroyo con planarias, no debemos temer que éstas nos chupen la sangre, como lo harían las sanguijuelas.

Planarias en el fondo de la pileta de la Fuente de Mingo. La Barranca, Navacerrada.

Pero además de refrescarme la boca y la cara en la fuente, la presencia de estas planarias me refrescó la memoria de algunas de las cosas que aprendí en el colegio y la universidad cuando estudié los turbelarios. Una de las cosas curiosas que se estudiaba por aquel entonces es que las planarias se podían cortar en trozos y de cada trozo se regeneraba una nueva planaria. Conociendo a otros animales que regeneran parte de su cuerpo eso no nos sorprende, pero ¿como es que se regenera una nueva planaria de un trozo que ni siquiera tiene cabeza? Porque en la cabeza estos animales tienen  un pequeño, pero funcional, cerebro.
Los científicos del siglo XIX, con una creatividad un tanto sádica, incluso dieron a las planarias cortes incompletos que, al intentar regenerarse, desarrollaron cabezas suplementarias en un mismo individuo. Es más ¿cómo es que se puede cortar una planaria en más de 200 trozos y que de cada uno de ellos se desarrolle un animal completo?
La respuesta es que en las planarias se conservan gran número de células madre, neoblastos, repartidos por todo el cuerpo. Esas células madre son capaces de regenerar cualquier otro tipo de célula especializada del organismo y así volver a completar un nuevo animal.
Zona ventral de planaria. Se distinguen claramente las expansiones laterales de la cabeza, 
eso las diferencia a simple vista de pequeñas sanguijuelas. La Barranca,
 Regajo del Cancho Negro, ladera de la Maliciosa

Este asunto ya es de por sí impresionante, pero más curiosa aún es la historia del estudio de la memoria en las planarias. Diseñar un experimento con el que demostrar que las planarias tienen capacidad de aprendizaje tiene su intríngulis, pero en 1955 R. Thompson y James McConnell lo hicieron de una manera muy simple: sometieron a las planarias a un fuerte destello de luz y a continuación a un calambre. Después de unas cuantas sesiones las pobres planarias se encogían solo con la luz, a la espera del calambrazo, aunque este no llegase. Pero la investigación fue más allá, cortaron a las planarias "sabias" en dos trozos y tanto la mitad con cabeza como la mitad sin ella, después de regenerarse, recordaban que tras la luz venía el calambre. Esto sugería que la memoria no se encontraba en el cerebro de las planarias, sino repartida por todo el cuerpo. Supusieron, y estaban en lo cierto, que la memoria tenía una base química. Es decir, que se había acumulado en moléculas de ARN.
Zona ventral de planarias que se desplazan adherida a la superficie del agua.
 Regajo del Cancho Negro, ladera de la Maliciosa


El no va más del experimento fue en 1962 cuando McConnell publicó que cuando a nuevas planarias, que no habían sido enseñadas, se les dio de comer planarias "sabias" trituradas, las caníbales aprendieron a esperar el calambrazo con muchas menos sesiones que las primeras. De esto el científico dedujo que la memoria se podía transmitir por la alimentación, al comerse del ARN producido por las planarias entrenadas. Pero no era así, experimentos posteriores demostraron que cualquier planaria alimentada con triturados de sus congéneres tenia más facilidad de aprendizaje que las que comían otros alimentos, independientemente de que las víctimas hubieran sido enseñadas o no. 
Ese controvertido artículo inspiró tanto a científicos como a autores de ciencia ficción, que elucubraron con la posibilidad de que los humanos pudiesen aprender a base de pastillas una vez sintetizados los productos necesarios.
El científico James McConnell fue un curioso personaje que editaba su propia revista y en ella mezclaba artículos de broma y artículos serios. Recomiendo encarecidamente buscar en la Wikipedia el artículo que le dedican. McConnell, además, fue víctima de un paquete bomba, que le dejó sordo, enviada por un famoso asesino múltiple, al que se apodó Unabomber, cuya historia también puede encontrarse en la Wikipedia

Bosque que no has de proteger déjalo comer

$
0
0
Este verano ha sido noticia la suelta de 20 ejemplares de caballo de las retuertas, de Doñana, en la reserva Campanarios de Azaba en Salamanca. La idea es no solo separar el núcleo de Doñana como medio de gestión de la raza, sino ayudar a la conservación de las condiciones ambientales de la reserva salmantina gracias al control natural de la vegetación que hacen los caballos.

El caballo de las retuertas es una raza muy peculiar, milagrosamente conservada gracias a la gestión de Doñana realizada desde su creación, bajo la dirección de José Antonio Valverde, hasta la actualidad. Es una raza que se ha mantenido salvaje y sin apenas cruces en la zona de Reserva Biológica, a cargo del CSIC. Los estudios genéticos realizados nos indican que es la raza más antigua de España y una de las más antiguas de Europa, pues posee genes no compartidos con ninguna de sus razas descendientes. Solo quedan unas decenas de ejemplares, que han ido aumentando en los últimos años, y parece ser el momento de separar distintas líneas de sangre. En un futuro próximo algunos más viajarán a Portugal para fundar otro grupo de cría. Al final de esta entrada dejo varios enlace para los interesados en ampliar la información.

Caballos de las marismas de Doñana

Los otros caballos de Doñana, los caballos de las marismas, no son tan especiales, pero también cumplen su función en el control de la vegetación. Son varios cientos de ejemplares, magníficos, adaptados a las duras condiciones de inundación invernal y sequía estival, que lo mismo chapotean por la marisma que galopan por las arenas.

También en Doñana hay otro ejemplo de animal doméstico que vive en condiciones de semilibertad. Se trata de la vaca mostrenca o marismeña, una de las pocas representantes de su especie que pueden mostrarnos un comportamiento natural, con los machos luchando por cubrir a las hembras y formando sus pequeños grupos de solteros cuando pasa la época de celo, lo que nos recuerda a otros bóvidos silvestres.
Vaca mostrenca o marismeña en Doñana

Junto a ellas pastan gamos, ciervos y jabalíes compartiendo el hábitat y los recursos como una especie silvestre más.

Gamo entre vacas mostrencas en Doñana

¿Pero qué tienen que ver estos interesantes animales con el título de esta entrada? Pues precisamente porque son un ejemplo de gestión rentable de ganado en semilibertad que, además, ayuda a mantener controlada la vegetación. Porque el ganado en el monte es una de las mejores formas para prevenir el fuego.
Creo que este año, con los tremendos incendios, he oído hablar más que nunca de la necesidad de controlar los pastos y el monte bajo con ganadería extensiva. La falta de cuidado de los montes, el que ya sea innecesaria (por el momento) la recogida de leña como combustible y la transformación de la ganadería a explotaciones estabuladas más rentables, han hecho que los bosques queden a disposición del fuego, una tentación demasiado fuerte para la especulación. Porque, no nos engañemos, no es que haya una epidemia de pirómanos, es que para algunos es rentable que el monte se queme.

Uno de los muchos incendios que asolaron el norte de Portugal y 
la provincia de Pontevedra en el año 2010 

Cuando yo era niño había un anuncio cuyo eslogan decía: "Cuando un bosque se quema, algo suyo se quema" y la retranca humorística del pueblo de a pié añadía: "... señor conde".

Ahora no es el monte del señor conde el que se quema, es el de una administración ciega, que ha convertido el bosque en monocultivos mal gestionados, que necesitan mucho trabajo, que nadie quiere ni puede pagar. Así no nos extraña que  el paisano lo queme y el especulador pague por quemarlo.

Cada uno de los rincones de nuestra geografía peninsular e insular cuenta con razas autóctonas nacidas de sus climas y suelos, las más de las veces duros para vivir a la intemperie. Quizás sean más rentables para el ganadero otras razas más seleccionadas para la producción de carne y leche, pero tengo mis dudas de que lo sean si se considera la gestión integral del territorio. Consideremos el cuidado de los montes, la gestión de las rapaces necrófagas y otras especies, la prevención y extinción de incendios, las pérdidas materiales y, lo más importante: las vidas humanas.

Pareja de raza Tudanca en el Parque de Cabarceno, Cantabria.

El panorama de muchas de las razas autóctonas españolas es desolador, muchas de ellas pueden considerarse en peligro de extinción y con ellas se iría no solo un patrimonio genético, sino una parte de nuestra historia y nuestra cultura. Solo unas pocas de nuestras comunidades autónomas han sabido relacionar la calidad de sus productos con sus razas ganaderas y el resultado no puede ser más satisfactorio.


 Caballos en ganadería extensiva en los montes de Cantabria

No se podría entender un queso de Idiazabal sin ovejas latxas ni chuletones de Ávila sin avileñas negras criadas en el monte, sin hormonas ni antibióticos, por no hablar del jamón de cerdo ibérico engordado en las dehesas de encinas y alcornoques.

Pareja de avileña negra ibérica en la Sierra de Madrid.

Cuando los productos son de calidad se pagan al precio que valen y al consumirlos debemos valorarlos no solo por si mismos sino por los servicios que producen al ecosistema. 
 Oveja carrazana cara negra en Asturias

No es casualidad que algunas de las zonas de donde proceden los productos tradicionales de mayor calidad sean los mismos en los que sobreviven las especies más emblemáticas como las águilas imperiales, el lince, el oso y el lobo. No es casualidad que esas zonas se vean favorecidas por un tipo de turismo respetuoso con el medio, que lo valora y lo paga a un precio más alto que el turismo de botellón y juerga nocturna. Y que también valora la identidad de sus habitantes que están orgullosos de su tierra.
Cabra sujeta con una cebilla, especie de collar de madera
que se emplea para sujetar a las reses en los establos

Además, relacionadas con la ganadería existen otros productos artesanos más recomendables como recuerdo de viaje para los urbanitas que los "souvenirs made in China" que solo cambian el nombre de la localidad sobre el cenicero, termómetro o gancho para las llaves.
¿Cuantas vacas, ovejas o cabras se pueden mantener con 
el gasto de un helicóptero?

A continuación los enlaces para ampliar información:

Vaca mostrenca de Doñana

Caballo de las Retuertas en Doñana

Noticia sobre Suelta de caballos de las retuertas en Salamanca




Ponga un cardo en su jardín

$
0
0

El año pasado apareció en el suelo del jardín el rosetón de hojas de un gran cardo,en un lugar donde no iba a molestar a las demás plantas ni a nuestro paso. Así, con permiso de mi esposa que es la que se encarga de esa zona del jardín, decidí que había llegado el momento de dejarlo crecer plenamente para poder hacer un seguimiento de la fauna asociada y, a ser posible, fotografiarla.

Era un cardo borriquero, Onopordum acanthium, y se desarrolló plenamente alcanzando cerca de dos metros y medio de altura y aunque lamentablemente este año, con su particular meteorología, ha sido pobre en diversidad y cantidad de insectos, me he dedicado a ello con paciencia y dedicación.

Paralelamente he visitado con frecuencia varios grupos de otros cardos en los prados próximos a casa esperando, como así ha resultado, que estos aportasen más especies. Los grandes Carduus son los que más variedad han facilitado, sobre todo en primavera, alrededor los grandes capullos florales ricos en jugos azucarados.


La mayoría de las especies de insectos que acuden a ellos son generalistas, que pueden alimentarse y reproducirse sobre los cardos o sobre flores de otras especies. Entre ellas encontré chinches como estos Carpocoris mediterraneus, que ya vimos sobre cardo corredor en esta entrada.


E igualmente variados escarabajos que acuden a la melaza que segregan...
Heliotaurus ruficollis
Oxythyrea funesta

También avispas y abejas, que llegan buscando néctar...
... y mariposas que solo acuden a libar, junto a otras más específicas, que usan los cardos para que en ellos se desarrollen sus hijos. Entre ellas destaca la vanesa de los cardos, ahora llamada Cynthia cardui, cuyo nombre específico viene precisamente de los cardos, en los que se alimentan sus larvas, aunque también críen en las ortigas. Aún no me he planteado tener ortigas en el jardín para atraerlas... ¡he dicho aún!

Sobre los cardos podemos observar relaciones curiosas como el mimetismo batesiano, del que hablé en esta otra entrada, entre un meloideo, Mylabris, que es tóxico para los insectívoros pero inofensivo para otros insectos...

... y su clérido imitador del género Trichodes que, por el contrario, siendo perfectamente comestible es un feroz depredador sobre los otros insectos que acuden a las flores. Puede que use su aspecto tanto para defenderse de sus enemigos como para acercarse a sus presas.
Donde hay animales que acuden a comer productos vegetales hay depredadores y no son menos las arañas que tejen sus telas entre los cardos o esperan pacientemente a los insectos que acuden a las flores, como esta Synema globosum, tan parecida a la viuda negra, aunque nada tenga que ver con ella, sino que es pariente de las arañas cangrejo de las flores a las que también dediqué una entrada.

También es posible observar otro tipo de relación entre especies, como el mutualismo, del que también he tratado en la entrada correspondiente a las hormigas y su ganadería de pulgones.

La segunda intención al dejar crecer el cardo en el jardín fue hacerlo más atractivo para los jilgueros, que no en vano se llaman Carduelis carduelis, porque con su largo pico se alimentan de sus semillas. Estos bonitos pájaros sólo de vez en cuando se dejan ver por casa y la verdad es que me apetecía tener un regalo especial para ellos.

Lo malo es que el lugar donde creció el cardo no es visible desde la casa y no he podido comprobar si lo han visitado o no, aunque algún comensal sí han tenido, vistos los desmembramientos de las cabezuelas de semillas. Por eso las corté y las puse en uno de los comederos, aunque tampoco así he tenido suerte. Para el próximo año plantaré cardos en "mi" sección de jardín y a la vista desde las ventanas.

Ser un cardo es una cuestión de carácter y no de familia, pues en algunas de las familias botánicas que tienen cardos en su seno también hay representantes sin espinas. Entre ellas quizás los cardos no sean muy populares en la jardinería convencional, aunque a algunos no les falta ni belleza, ni interés, ni utilidades, pero eso lo explica mucho mejor Javier Barbadillo en la entrada de su blog "El último rincón", que puede verse pinchando AQUÍ.
Aún no he terminado, en una próxima entrada me acercaré a algunos de los habitantes más específicos de los cardos y el miniecosistema que se crea en torno a ellos.

El ecosistema cardo

$
0
0
Continuando con los cardos veraniegos, prometí en la anterior entrada tratar el caso de habitantes más específicos de estas plantas. Uno de los que más me llamó la atención fue esta mosquita que aparece en la foto junto a la chinche Carpocoris, para que podáis comparar su tamaño.


Se trata de la especie Tephritis postica y la pude ver en todas mis visitas semanales, durante mes y medio a los Carduus de los prados cercanos a casa. Los machos son unos infatigables cortejadores que vuelan, andan y danzan alrededor de las hembras con toda una parafernalia de movimiento de alas, siendo muy visibles, especialmente gracias a las manchas oscuras que adornan sus alas. Siempre las vi sobre la zona más alta de los cardos, alrededor de los capullos, y estaban tan absortos en sus cortejos y tan confiados en su espinoso entorno, que apenas se asustaban mientras les hacía las fotos.


Las hembras se diferencian claramente de sus acosadores consortes porque tienen el abdomen terminado en un grueso tubo ovopositor. Este tubo les sirve para poner los huevos en el interior del capullo del cardo, que es bastante duro, donde se desarrollarán las larvas.

Las danzas son incesantes y a veces se acumulan los pretendientes alrededor de las hembras, hasta que alguno consigue su propósito.


En el mismo lugar, sobre las hojas más altas del cardo descubrí una araña que no solo se parecía físicamente a las moscas y era del mismo tamaño, sino que se movía de manera parecida. No me cabe duda de que su estrategia es hacer que los machos cortejadores se acerquen a ella con fatales consecuencias para ellos. En la foto se puede apreciar que incluso la postura de las patas traseras, con sus manchas, acentúa el parecido con sus pretendidas presas, aunque en la araña sean patas y no alas. A veces pienso que me estoy obsesionando un poco con los casos de mimetismo en los artrópodos, pero para mí es más que evidente la semejanza.


Hablaba en la anterior entrada de la melaza que destilan los capullos del cardo. No sé si es un fenómeno propio y natural del cardo o provocado o favorecido por algunos de los muchos insectos que acuden a ellos. La cuestión es que casi todas las cabezuelas de los cardos (Carduus) tenían en mayor o menor grado esta espuma y goterones pegajosos que incluso chorreaban sobre las hojas.


Cuando el capullo estaba apenas desarrollado acudían cientos de hormigas en fila que se acumulaban unas sobre otras, es de suponer, con gran deleite. Yo creo que algo muy especial tiene que tener esta melaza porque las hormigas, y otros insectos, se quedan quietos chupando y no hay manera de que se retiren para dejar paso a otras hormigas, que parecen esperar turno a dando vueltas alrededor del concurrido centro.

Es más, lo mismo hacían los escarabajos, Oxythyreafunesta, que parecían literalmente muertos, rodeados de hormigas que, sin embargo, no les estaban atacando. Ya podía yo pasarles el dedo por encima, como si fuese una caricia, que ellos estaban totalmente absortos. Solo los he visto moverse para una cosa...


... copular.

Otro asunto es el de las hormigas que pastoreaban pulgones en el cardo borriquero del jardín de casa. No hay convivencia posible con insectos extraños porque las hormigas defienden con ferocidad a su ganadería.


Aquí el comportamiento de las hormigas es bien distinto, van de aquí para allá inquietas, toquetean a los pulgones para chupar el jugo azucarado que segregan (ellos, no el cardo), y bajan hacia el hormiguero después de un recorrido. No se quedan quietas ni se amontonan..

 
Solo un pequeño escarabajo desafía la ferocidad de las hormigas, este Coccinellidae, emparentado con las mariquitas, Hyperaspis reppensis.  Es paciente, espera unas hojas más abajo de donde las hormigas trabajan, esperando su oportunidad. Se agarra con fuerza a la planta replegando las patas y las antenas como medio de defensa y no ofrecer resquicios por donde las hormigas los puedan morder. Pero pobre del pulgón que se ponga en su camino.
Otra curiosa observación que he podido hacer es que en cuanto el cardo empieza a secarse los pulgones dejan de ser interesantes para las hormigas y los abandonan a su suerte. Entonces es la oportunidad de estas discretas mariquitas, que suben sin miedo al "piso de arriba" a comer sin piedad y se pueden ver incluso en pequeños grupos rodeados de sus presas, bastante depauperadas. Lo que no he visto es a sus larvas, aunque casi seguro que las había y se me han pasado por alto por mero desconocimiento de su morfología, que ahora sé que es diferente a la de las Coccinella y Adalia.

He visto muchos más insectos sobre los cardos y fotografiado, con mejor o peor resultado, unos cuantos más, pero poco sé de su biología e incluso no he sido capaz de identificarlos, así que los dejo para mejor ocasión. Como veis, merece la pena tener un cardo en el jardín.

Enlaces relacionados:

- De este blog:
Entrada anterior "Ponga un cardo en su jardín", pinchando AQUÍ.
Entrada sobre las setas del cardo corredor, pinchando AQUÍ.
Entrada sobre "las chinches lígan en el cardo corredor", pinchando AQUÍ.


- Y en el blog "El último rincón" de Javier Brbadillo, la entrada "La inadvertida utilidad de los cardos", pinchando AQUÍ.

La importancia de tener un nombre.

$
0
0
El caso de la avispa Tropidodynerus flavus y su comportamiento de nidificación.


"- ¿Qué hierba es esa.../...?
- No lo sé.
- La llaman cuatrifolia.
.../...
- ¿Para qué sirve, maestro?
- Para nada que yo sepa.
.../...
Cuando sepas reconocer la cuatrifolia en todas sus sazones, raíz, hoja y flor, por la vista y por el olfato, y la semilla, podrás aprender el verdadero nombre de la planta, 
ya que entonces conocerás su esencia, que es más que su utilidad."

Un mago de Terramar, 1968
Ursula K. Le Guin

En uno de los fantásticos libros de Ursula K. Le Guin, fantásticos por ser de fantasía y ciencia-ficción y porque lo son de verdad, se puede leer esa frase que le dice su maestro al mago protagonista. Además, a lo largo del relato se insiste en que conocer el verdadero nombre de personas, criaturas o cosas, te da poder sobre ellos.
Muchas veces he recordado ese detalle del libro porque en esencia eso es lo que buscan tanto los científicos, que se empeñan en conocer a fondo las especies y ponerles un nombre, como los naturalistas que anotamos en nuestros cuadernos las especies que observamos en nuestras salidas al campo. Es como si al poner o conocer su nombre, de alguna manera, las dominásemos.

Durante un paseo familiar por la Sierra de Grazalema el 26 de junio pasado, sufriendo un adelanto del intenso calor que hemos padecido este verano, nos sorprendió ver a un lado del camino varias decenas de nidos de avispas en el suelo. Habría casi un centenar en poco más de un metro cuadrado. La actividad de los insectos era frenética, mientras unos se afanaban en hacer agujeros otros se dedicaban a taparlos y, lo más curioso, alguna avispa sacaba larvas de su nido y luego las metía y volvía a taparlo.
No podíamos aguantar más tiempo el sol y el calor, llevábamos más de tres horas andando y estábamos deshidratados. Tomé las fotos que pude y grabé vídeos sin saber muy bien lo que estaba observando. El trabajo de identificación e interpretación de lo que habíamos visto me tocaría hacerlo en casa.
Como suelo hacer, recurrí a la web de Biodiversidad virtual, suponiendo que se trataba de una avispa de la familia Vespidae. Son muchas las especies de esta familia y algunas muy parecidas entre sí. Por el aspecto robusto y su tamaño me parecía una avispa emparentada con Polistes Vespa, más por el color rojizo de la parte anterior del abdomen no me parecía una avispa común. Por fin localicé que no pertenecía a las Vespinae, que son avispas sociales, sino a la subfamilia Eumeninae, que son avispas solitarias que suelen tener un aspecto bastante diferente, generalmente más estilizadas. Pinchando aquí puede verse una foto de un ejemplar más típico de esta familia, perteneciente al  género Eumenes
Nuestras observaciones se trataban, posiblemente, de representantes del género Tropidodynerus.

En dicha web leí que las imágenes y la información de estas avispas son poco abundantes y, de hecho, poco encontré buscando por la red. 
Afortunadamente Leopoldo Castro, especialista en esta subfamilia que colabora en Biodiversidad virtual, me confirmó que, como yo había supuesto, se trataba de la especie Tropidodynerus flavus y fue tan amable de facilitarme la referencia que indico al final de esta entrada. Muchas gracias. También me advirtió que, si bien se conocían estos detalles de otra avispa similar, de la especie que se distribuye por la Península Ibérica no había imágenes ni publicaciones sobre su comportamiento.
Por fin tenía su nombre y por fin entendía lo que habíamos visto.


Por las observaciones, fotos y vídeos de esa calurosa mañana y con lo que he podido leer, la Historia Natural de estos insectos transcurre de la siguiente manera:
Las hembras hacen agujeros independientes en el suelo, pero las unas cerca de las otras. Al hacer el túnel, de unos cuatro centímetros de profundidad, agregan el material del suelo formando pequeñas pelotillas que dejan en el entorno del agujero con lo que luego les resulta más cómodo tapar y destapar la salida, cosa que hacen varias veces a lo largo del proceso de nidificación.
Para alimentar a sus larvas, las madres llenan las celdillas con larvas paralizadas de escarabajos, posiblemente curculiónidos (gorgojos). No se pueden identificar esas larvas con las fotos, pero en la especie T. interruptus así es. Los machos sobrevuelan la zona intentando fecundar a las hembras atareadas en la construcción de nidos.


Las hembras van acumulando presas en el nido y cada vez que introducen una presa vuelven a tapar el agujero con las pelotillas de tierra. Así lo hacen, una y otra vez hasta que reunen cerca de una decena de larvas. Entonces ocurre una cosa muy curiosa: sacan todas las presas del nido y limpian con cuidado su interior. Todo este trabajo es para evitar que las avispas cuco pongan sus huevos dentro y se aprovechen de las presas ajenas. Una vez limpio el nido vuelven a meter las presas en el nido, ponen el huevo y lo sellan definitivamente. En él se desarrollará la larva de la avispa a costa del almacén de larvas de escarabajos "adormecidos" por el aguijón de la madre.
En mi opinión estas agregaciones de nidos y el aspecto más parecido a las avispas comunes que a otros eumeninos, hacen que un enemigo piense que está ante una colonia que puede actuar con un ataque conjunto, y no ante avispas independientes e inofensivas.


En las siguientes fotos he rodeado con un círculo a la borrosa imagen de las posibles avispas cuco o cleptoparásitas de los nidos de Tropidodynerus. Fue imposible hacerles una foto decente porque se movían de manera rapidísima. En la última parte del vídeo también se intuyen, como sombras que pasan por encima. En el trabajo de Arens que enlazo más abajo, las avispas cuco son del género Chrysis, que también está presente en la fauna ibérica, pero no puedo confirmar nada porque se movían tan deprisa que me fue imposible verlas y fotografiarlas bien. Aunque por tamaño y aspecto las siluetas que se ven en las fotos, bien podían serlo.



Como se da a entender en la cita de la novela con que comencé esta entrada, el conocimiento es más importante que la utilidad, pero estas avispas no son inútiles para los humanos ya que recordemos que los gorgojos que constituyen sus presas son plagas potenciales de cultivos y estas avispas colaboran a mantenerlos en equilibrio ecológico. Cuando un animal no tiene depredadores específicos, como pasa con la especie de gorgojo introducida llamada picudo rojo, Rhynchophorus ferrugineus,ocurren desastres como el que están padeciendo los palmerales del Levante español.
Y para finalizar, en el vídeo, las avispas en acción.


El trabajo de W. Arens sobre el comportamiento de nidificación de Tropidodynerus interruptus, que me facilitó Leopoldo Castro, puede leerse en el este enlace.

El conejo de la vida, el conejo de la muerte

$
0
0

Me estoy acostumbrando a ver águilas calzadas en mis salidas a los campos y montes de las proximidades de casa, cuando antes ver un ejemplar de esta especie lo consideraba algo extraordinario. Seguro que algo tiene que ver el aumento de esta especie con la abundancia de conejos ya que es una verdadera especialista en la caza de lagomorfos.
Conejo. Oryctolagus cuniculus.
Ya se sabe que la Península Ibérica era la tierra de conejos, según los romanos, y que la mayoría de los grandes y medianos depredadores ibéricos, sean mamíferos, aves rapaces o grandes reptiles, basaban su dieta en este animal. La devastadora mixomatosis y la neumonía vírica hemorrágica prácticamente dejaron el campo sin conejos y a los depredadores sin comida.
Pero además, al faltar el conejo los depredadores desplazaron su apetencia hacia especies que ofrecían similar oferta proteica, como los lagartos y diversas aves, especialmente de suelo. Es como si a un juego de construcción le hubiésemos quitado la pieza central que sustenta al resto. Si no queremos que se desmorone habrá que hacer la chapuza de colocar otras piezas, aunque no encajen bien.

Águila calzada fase pálida. Hieraaetus pennatus.
Afortunadamente la extraordinaria capacidad reproductiva del conejo juega a su favor y entre eso y las repoblaciones con ejemplares vacunados parece que, en algunos lugares, las poblaciones se van recuperando. Tanto que ya se habla de plaga.
En mi zona tengo muy claro que esa recuperación procede de las sueltas que han hecho las sociedades de cazadores de los pueblos, que querían tener conejos en el monte para poderlos cazar. Y que su buen dinero les ha costado tenerlos ahí para poderles disparar.


Y gracias a eso, no lo dudo, los depredadores, especialmente las rapaces, se han beneficiado. Pero también soy testigo de un curioso efecto: Por la presión de los propios cazadores los lugares con mayor abundancia de conejos no son aquellos donde se soltaron sino los cercanos a carreteras y viviendas donde "teóricamente" no se puede cazar. La foto de más arriba es una clara evidencia, a pocos metros del cazador hay una finca de caballos con sus construcciones y algo más allá, a no más de 300, están las primeras viviendas de la urbanización donde yo vivo. La carretera, tampoco dista más de 500 metros en la dirección en que está apuntando con su arma.

Ratonero común. Buteo buteo.
Lo mismo me cuentan de la provincia de Ciudad Real, tanto respecto a los conejos, que se asientan incluso en las zonas de rotonda junto a las carreteras, como de las liebres, que se están acostumbrando a campear por el entorno de las autopistas, gracias a la protección que suponen los vallados ante la persecución de los galgos. Y es la misma historia que la de las torcaces que se han hecho urbanas.

Conejo entre los cardos.
Y esta costumbre de acercarse a las carreteras entraña un nuevo riesgo para los conejos y un nuevo lugar de alimentación a determinadas rapaces, no exenta de peligro: las cunetas con sus animales atropellados.
En los amaneceres veraniegos, cuando bajo hacia la estación de tren, raro es el día que no veo algún gazapo atropellado en la cuneta. Los milanos, tanto reales como negros, pero especialmente estos últimos, aletean cuando aún no hay térmicas que los mantengan en el vuelo, para patrullar el gris asfalto a la búsqueda de su desayuno. Más de una vez los osados milanos han hecho delante de mi coche o alguno que me precedía, una pirueta para agarrar una presa de la cuneta, como si practicasen un peligroso juego, cruzándose ante el automóvil y alzándose con su carroña en el último momento.


Milano real, Milvus milvus.
Milano negro, Milvus migrans.
Los milanos son ante todo oportunistas, beneficiarios de la abundancia de conejos, de su desplazamiento hacia la carretera, del acoso de los cazadores y de los atropellos. 


Pero otras especies son cazadores más directos, como las propias águilas calzadas, las perdiceras, las reales y los ratoneros. Supongo que también las rapaces nocturnas que pueda haber en el área, aunque yo no puedo constatar su presencia, por el momento, como las especies que muestro y cito ahora. No he tenido la suerte de ver águilas imperiales aquí, aunque sí en El Pardo y sus alrededores, desde el tren, camino de Madrid, en zonas donde también el número de conejos ha aumentado.
Águila perdicera. Aquila fasciata.
Águila perdicera, Aquila fasciata, y Águila calzada fase pálida, Hieraaetus pennatus.
Evidentemente las enfermedades de los conejos no han desaparecido, se siguen viendo ejemplares cegados y muertos por mixomatosis o con un hilo de sangre en la nariz característico de la neumonía vírica. Y no solo los milanos se aprovechan de esas carroñas, también el buitre negro, cuyas poblaciones igualmente han aumentado.


Buitre negro. Aegypius monachus.
En mi entorno cercano puedo constatar que tejones, comadrejas y zorros, entre los mamíferos, así como culebras bastardas y de escalera aprovechan también esta mesa puesta. Esperemos que si hay crecimiento en las poblaciones de estos pequeños carnívoros se vean como un elemento de equilibrio y no como alimañas.

Conejo desangrado por un pequeño depredador, posiblemente comadreja.
Pero también puedo constatar el incremento del número de garrapatas en las zonas donde los conejos se han hecho abundantes. Y no es solo una cuestión de incomodidad, sino de salud pública. Lamentablemente he tenido conocimiento de que al menos un cazador de la zona ha padecido la enfermedad deLyme o borreliosis que transmiten estos parásitos. En determinadas lugares he tenido que dejar de pasear con mi perra porque es alérgica a las pipetas antiparasitarias y es casi imposible controlarlas. Pararse a hacer una foto macro es como invitarlas a subirse e incluso la mochila dejada en el suelo es un punto de atracción. 
Garrapata en prados habitados por conejos.
Al llegar a casa nadie me libra de tenerme que desnudar metido en la bañera, para detectar las que caen sobre la loza blanca, y revisar mi cuerpo y mis ropas. Esa fue una de las cosas que tuve que hacer cada vez que salí a hacer fotos a los cardos que mostré unas entradas atrás. Y casi siempre aparece alguna, aunque en el campo ya tenga el tic de mirarme las piernas cada cierto tiempo. Las garrapatas tardan en encontrar el lugar donde fijarse y eso juega a nuestro favor, para retirarlas antes de que nos piquen.


Otra especie invasora en la Comunidad de Madrid:

$
0
0
La almeja china del cieno, 
Sinanodonta woodiana.

La sequía de este verano ha hecho bajar el nivel del embalse de Santillana, en Manzanares el Real, bastante más de lo habitual y entre los lodos y arenas ha quedado al descubierto una sorpresa: almejas de agua dulce asoman en las orillas, cerca y no tan cerca del agua.
Cola del embalse de Santillana en Manzanares el Real.
La zona de la izquierda de la fotografía debería estar completamente cubierta por el agua.
Un amigo me envió una foto del "bicho" que me hizo pensar en lo peor y cuando fui a consultarlo con Rafael Araujo, compañero del Museo experto en bivalvos de agua dulce, las sospechas quedaron confirmadas: se trataba de una nueva especie invasora para la Comunidad de Madrid y la cuenca del Tajo. Además, casualidades de la vida, los propios agentes forestales que hicieron el hallazgo habían llevado al Museo un par de ejemplares el día anterior.
Almeja china del cieno, en seco pero viva, a varias decenas de metros de la orilla del agua.
La semana pasada recorrí las orillas del embalse en su búsqueda, pero no las encontré. La intuición me llevó justamente hacia los lugares donde no estaban o donde ya habían sido recogidas por los forestales, pues preocupados por esta nueva invasión, se están dedicando a retirar cuanta almeja viva encuentran. Y ya van varias decenas.



Este fin de semana he hecho un recorrido con ellos, y hemos recogido unas cuantas más. En las fotos anteriores se ve como se encuentran los animales entre el cieno y la arena, fuera del agua. La sequedad no parece matarlas, y con la poca humedad que les ha aportado el agua de lluvia de estos días, parecen tener suficiente para respirar, porque algunas se encuentran con las valvas abiertas, que rápidamente cierran en cuanto las tocas. Si algo caracteriza a estas especies invasoras es su capacidad para sobrevivir en las condiciones más adversas. Así se integran en los ciclos biológicos y llegan a superar a las especies próximas. 



También sirven de alimento a depredadores. Pudimos observar varios ejemplares claramente mordidos por un carnívoro, pues en casi todos los casos se veían los agujeros dejados por sus pequeños colmillos. La especie alcanza los 30 cm de longitud máxima y su concha no es de las más duras entre los moluscos de agua dulce. Quizás haya sido un zorro o algún perro de los muchos que se llevan a pasear por este paraje, pero me inclino más a pensar en el señor raposo, aunque, torpe de mi, no verifiqué las huellas. Todos los ejemplares así depredados eran jóvenes de menos de 10 cm, que son más frágiles. Se sabe que las nutrias depredan sobre estos animales y aquí también los visones americanos pueden hacer esa labor, tenemos una buena mezcla de especies invasoras, que no termina.
Ejemplar de mejillón chino de laguna, Sinanodonta woodiana, conservado en las colecciones de Malacología del Museo Nacional de Ciencias Naturales.
El tamaño de hasta casi 20 cm de los ejemplares más grandes encontrados por los agentes forestales, nos induce a pensar que la especie lleva bastantes años instalada en el embalse, pero no se habían visto hasta ahora porque estaban dentro del agua. 
Procede del Este de Asia y desde que en 1979 se encontró por primera vez en Rumanía, no ha dejado de extenderse por todo el resto de Europa. En España los primeros datos se publicaron en 2009, en el artículo que enlazo al final de esta entrada, en los ríos Fluvià, Ter y Daró, al norte del Ebro.

Pinza azulada característica del cangrejo señal, Pacifastacus leniusculus, encontrada  en la orilla del embalse.
Otra novedad, aunque esta vez sin sorpresa porque se encuentra en los ríos del entorno, ha sido el encontrar restos de cangrejo señal, Pacifastacus leniusculus, especie procedente de Norteamérica que también está colonizando los ríos españoles, aunque en esta ocasión con plena (in)consciencia por parte de pescadores y "autoridades" en estas cuestiones del medio ambiente. Lo mismo puede decirse del cangrejo rojo americano,Procambarus clarkii, que ya es un viejo conocido en la zona.

¿Cómo puede una almeja llegar a saltar miles de kilómetros e invadir ríos y embalses?

Evidentemente no lo puede hacer por sí misma, necesita ser ayudada. En este caso por dos personajes diferentes, por una parte los peces y por otra los humanos que transportan a los peces. Alguna vez se ha dicho, y es cierto, que las aves acuáticas en sus migraciones pueden transportar, en el barro de sus patas y entre las plumas de su vientre, huevos y quistes de invertebrados que luego se disuelven en las lagunas de destino, pero en este caso hay pocas dudas al respecto de las responsabilidades.
Para entender de qué manera los peces actúan como transportistas de los mejillones de agua dulce hay que conocer su ciclo biológico.
Aunque otros bivalvos, especialmente los marinos, sueltan sus huevos en el agua y las larvas nadan libres, en estos animales los huevos se incuban entre las branquias de la madre. Además las larvas son un de un tipo especial llamado gloquidio, dotado de un par de ganchos y un filamento adhesivo que les permite fijarse en las branquias o aletas de los peces. 
Cuando un pez pasa por encima de la almeja, éste suelta su carga de larvas como un surtidor. Lo más fácil es que el pez se trague las larvas al tomar el agua por la boca y así llegan a las branquias. Las larvas fijadas provocan en el pez la formación de una especie de tumor, donde se desarrolla y metamorfosea la larva hasta que alcanza el grado de desarrollo necesario para hacer vida libre. En ese momento se suelta del quiste y cae al suelo para desarrollarse como un bivalvo adulto.
Para el pez este parasitismo es una molestia, pero no tanto como para perjudicar su supervivencia.

La paradoja de la especie invasora y la especie en peligro de extinción.
El ciclo en Sinanodonta se puede desarrollar en peces de diferentes especies, entre ellas las abundantes carpas, carpines y otros ciprínidos, por eso es fácil que las almejas chinas encuentren el huésped adecuado para alimentar a sus crías en cualquier río, laguna o embalse donde se han introducido las más variadas especies de peces, las mayoría de las veces descontroladamente.
En el extremo opuesto se encuentra un bivalvo ibérico, la margaritona, Margaritifera auricularia, que para el desarrollo de sus larvas necesita especies muy concretas. En este caso parece ser que el esturión, Acipenser sturio, o el pez fraile, Blennius fluviatilis. El problema es que en el Ebro, de donde es autóctona la margaritona, hace más de cuarenta años que no suben los esturiones por culpa de las presas y la pesca, y los peces fraile han quedado reducidos a unos pocos rincones, a salvo de sus numerosos depredadores introducidos, como siluros, peces gato, black bass, lucios, etc.
Así, hasta que no se han tomado medidas para poner en contacto a las margaritonas con sus hospedadores, llevaban cuarenta años sin poder criar a sus larvas, aunque fielmente hiciesen sus puestas anuales. Los bivalvos son animales de crecimiento lento y muy larga vida.
Y ahí está la diferencia entre una especie invasora y una en peligro de extinción: la especialización excesiva.
Ejemplar de madreperla de río o margaritona, Margaritifera auricularia, 
conservado en las colecciones de Malacología del Museo Nacional de Ciencias Naturales.

Sobre el nombre común.

(editado el 8 de enero del 2013)
Esta entrada se hizo con el nombre común de la especie Mejillón chino de laguna, pero he recibido un comentario del Secretario de la Sociedad Española de Malacología comunicandome que el nombre  que se va a utilizar en el futuro seráAlmeja china del cieno, que es más adecuado que la traducción literal del inglés que yo utilicé (chinese pond mussel). Con el nombre de almeja muy posiblemente aparecerá en el Catálogo Español de Especies Exóticas Invasoras. según la ficha que puede verse pinchando AQUÍ.
Agradecimientos
Antes de terminar tengo que agradecer a los forestales de la comarca de la Cuenca Alta del Manzanares su celo al descubrir y llevar los animales al Museo y su ayuda al permitirme acompañarles para poder hacer las fotos que incluyo en este artículo, especialmente a Esther Ruiz Berges. También a Rafa Araujo y Lola Bragado de la Colección de Malacología del MNCN, entrañables compañeros, por identificar la especie y facilitarme el acceso a los ejemplares de la colección y a Ramón Manuel Álvarez, de la SEM, por la información sobre el nombre común.

Por último, nunca se dirá lo bastante ni lo suficientemente alto: Por mucho que nos creamos que nada malo pueda pasar...

¡No hay que trasladar animales o plantas silvestres de un lado a otro!

Reseña bibliográfica:

Pou-Rovira, Q., R. Araujo, D. Boix, M. Clavero, C. Feo, M. Ordeix & L. Zamora (2009). "Presence of the alien chinese pond mussel Anodonta woodiana (Lea, 1834) (Bivalvia, Unionidae) in the Iberian Peninsula"Graellsia 65 (1): 67-70.



Las jirafas, temas evolutivos de altura.(1ª parte)

$
0
0
Una joven jirafa se cruzó por delante del todo terreno en el que viajábamos por el Parque Kruger de Sudáfrica, con cierta prisa se metió entre los matorrales a nuestra izquierda y se volvió aparentemente a mirarnos mientras nos deteníamos. No era así, por detrás del vehículo apareció la madre, a la que no habíamos visto hasta el momento en que parsimoniosamente salió al asfalto. Pasó a muy pocos metros de nosotros con un andar carente de preocupación, no parecía angustiada por la separación de su retoño ni por nuestra presencia.

Todos los compañeros de viaje estábamos acostumbrados a ver las jirafas en los parques zoológicos, no eran ninguna novedad, pero verlas pasar tan cerca, en libertad y tan tranquilas, fue una experiencia extraordinaria. 
Cuando las veo no puedo evitar que me parezcan animales prehistóricos, casi fuera de lugar en nuestros tiempos. La verdad es que sin los parques nacionales las jirafas tienen muy difícil su supervivencia. Es mucha carne para alimentar a un continente hambriento y mucha piel y pelos de la cola para pagar caprichos de turistas, por muy protegidas que estén sobre el papel.

Jirafa sudafricana, Giraffa camelopardalis giraffa, en el Parque Kruger

En Sudáfrica es muy evidente que muchos de los animales que allí hay no son autóctonos. Fueron introducidos para establecer granjas cinegéticas,  actividad que aún se sigue desarrollando. Es el caso de los rinocerontes, algunas cebras y los ñus por poner un ejemplo. Pero la mayor parte del área se considera reserva y es un lugar donde muchas especies se están salvando de la extinción.  
Diseño característico de la subespecie sudafricana, Giraffa camelopardalis giraffa.
La variedad de diseños en el pelaje de las jirafas nos sirven muy bien para mostrar ese aspecto, ya que hay más diversidad de la que les corresponde por su localización geográfica. La subespecie propia de Sudáfrica es Giraffa camelopardalis giraffa, pero también se encentra en abundancia G.c.angolensis, que por cierto, también es la que más vemos en los parques zoológicos españoles.

Diseño característico de la subespecie Giraffa camelopardalis angolensis.
Tema 1 de evolución de la jirafa: 
Cuando se forman nuevas especies

Hoy en día están reconocidas nueve subespecies distintas de jirafas que se diferencian perfectamente entre sí por el color y diseño de las manchas. Así se relaciona en el Handbook of the Mammals of the World, de Wilson y Mittermeier. Las indico en el siguiente mapa con su distribución:

Como se puede ver, la mayoría de esas subespecies tienen áreas de distribución muy cercanas, incluso adyacentes, sin que por ello existan zonas de transición o de hibridación con caracteres intermedios. Además, en origen seguro que ese área era aún mayor. Para colmo, entre unas y otras no hay barreras geográficas insalvables para un animal del tamaño y la capacidad de movimientos de una jirafa. Similar distribución en otros grandes ungulados, como el búfalo, dan lugar a una gradación en los caracteres o una homogeneidad. O en otro caso, como en las cebras, a varias especies diferentes. Estos son algunos de los argumentos que dan Brown y colaboradores en el trabajo cuya referencia pongo al final de esta entrada. Ellos, con datos genéticos, concluyen que las subespecies de jirafa deberían considerarse especies distintas. Sí, es cierto que en cautividad y a falta de ejemplares de su subespecie, llegan a hibridar, pero no en condiciones naturales.
Ejemplar de jirafa de Angola, Giraffa camelopardalis angolensis en el Parque Kruger. Posiblemente sea un ejemplar viejo, pues se oscurecen con la edad.
 
Parece ser que en el aislamiento influye el comportamiento, épocas de reproducción de las poblaciones del norte y el sur y la preferencia de los ejemplares por los diseños similares al suyo por la impronta con el diseño de la madre. Reconozco que yo tenía mis dudas, pero si en lugar de hablar de jirafas viésemos esas diferencias entre patos o fringílidos ¿dudaríamos que son especies diferentes solo por el diseño y colorido?¿Aunque hibriden en cautividad?

Ejemplar en el Parque Kruger cuyo diseño no se corresponde con las subespecies de la zona y se asemeja algo a la subespecie G.c.reticulata.

Los autores del estudio recomiendan mantener el aislamiento de las distintas especies (subespecies) de jirafa para evitar los cruces tanto en su medio original (in situ), como las que se críen fuera del medio (ex situ), sean parques zoológicos o parques naturales más o menos abiertos, como el propio Parque Kruger con el que empecé el relato y donde, claramente, no se está haciendo.


Ejemplar de jirafa masai, Giraffa camelopardalis tippelskirchi, del sur de Kenia y norte de Tanzania, fotografiada en el  Parque Masai Mara. En Kenia coinciden la subespecie tippelskirchi y  reticulata (ver foto anterior), que son las más radicalmente diferentes.
La conclusión es que las jirafas está en un proceso evidente de especiación. Aunque hoy por hoy, en toda su área de distribución, actúe ecológicamente como una sola especie, eso podría cambiar con unos cuantos miles de años de aislamiento reproductivo y transformación del medio. Hay que dejar que la naturaleza actúe.


Tema 2 de evolución de la jirafa: 
El nervio vago tiene que trabajar dos veces


El nervio vago en todos los vertebrados tiene muchas ramificaciones, pero lo que interesa destacar en este caso es que pasa por detrás del conducto arterioso, que une la aorta con la vena pulmonar, para de nuevo subir hacia la laringe formando el nervio laríngeo anterior. Eso en una persona adulta , por ejemplo, supone un recorrido de cerca de medio metro, pero en una jirafa, entre ida y vuelta, son unos cinco metros. No se puede decir, precisamente, que eso sea un diseño inteligente, pero sí es una muestra de que la evolución trabaja con las herramientas disponibles, no tiene capacidad de invención y nos muestra que todos los vertebrados tienen un antepasado común.
Tengo que añadir que el conducto arterioso es funcional en el feto, pero se cierra en los adultos, lo que no impide que el nervio vago tenga que hacer su largo recorrido, pues se formó durante el desarrollo embrionario.



Un vistazo a la misma anatomía de un tiburón nos muestra que en origen ese nervio es mucho más corto, porque el cerebro, los arcos branquiales, el corazón y el nervio faríngeo recurrente están muy cerca unos de otros. El nervio vago pasa por detrás de los arcos branquiales y así lo sigue haciendo en el resto de los vertebrados, aunque los arcos branquiales, que son el origen de ese conducto arterioso, se atrofien en la vida embrionaria.


Bibliografía:

Como no quiero que esta entrada sea tan larga como las jrafas, dejo para una segunda parte otros interesante temas. 
Próximamente en sus pantallas:
- Las jirafas y el lamarckismo, o por mucho que estires el cuello tus hijos no serán más altos.
- Las jirafas y el exceso de sangre en el cerebro, de los creacionistas.
... y mucho más.

Las jirafas, temas evolutivos de altura.(2ª parte)

$
0
0

Parece ser que las jirafas son una buena fuente de inspiración para los científicos y no tan científicos de manera que creacionistas y evolucionistas se han dedicado a tirarse las jirafas a la cabeza desde siempre. En la entrada anterior hablábamos de un carácter de los llamados "erróneos", el nervio faríngeo, un precioso ejemplo sobre el origen común de los vertebrados. En esta entrada seguimos con otros interesantes temas.

Tema 3 de evolución de la jirafa: 
Estira el cuello, para que tus hijos sean más altos. 
Ahora nos podemos tomar esa afirmación a risa, pero durante mucho tiempo la teoría de la heredabilidad de los caracteres adquiridos estuvo sometida a debate. Como buen inglés, para el gran público Darwin se ha llevado todo el mérito de haber planteado la teoría de la evolución, pero el hecho de que las especies hayan variado a lo largo de la historia de la Tierra, ya se trató con anterioridad por diversos autores y el primero de ellos fue Lamarck, francés nacido en 1744. 
Lamarck fue un gran científico, entre otras muchas cosas fue el que llamó Biología a la ciencia que estudia los seres vivos. Pero lo que hoy le trae a esta entrada sobre jirafas es su planteamiento de la teoría de la evolución biológica por la que las especies han variando su anatomía de generación en generación, según las necesidades que les imponía el medio ambiente. Eso, aplicado al caso de las jirafas significaría que a base de esforzarse por alcanzar las ramas altas de los árboles las sucesivas generaciones de jirafas serían cada vez más altas.
Aunque la consecuencia final sea así, la base de dicha teoría, el por qué ocurre eso, es errónea. Sin embargo, para su tiempo fue un gran logro el plantear que las especies actuales no son tal cual fueron creadas.
Hoy en día sabemos que, de acuerdo con la teoría de la Selección Natural, esta sí que debida a Darwin, los antepasados de las jirafas más altas tuvieron mejores tasas de supervivencia y por lo tanto pudieron transmitir sus genes a las generaciones futuras y así fue como la jirafa consiguió sus largas patas y cuello.

Aún hoy en día hay veces que nuestra manera de hablar nos traiciona y decimos algunas frases que son totalmente lamarckistas. No es raro escuchar o leer, incluso en documentos y documentales de divulgación científica, la frase: "las jirafas han evolucionado para alcanzar las altas ramas de las acacias africanas". Así, parece que la evolución obedece a una voluntad o que tenga un destino prefijado, cuando eso es rotundamente falso. Lo que deberíamos decir es: "las jirafas de cuello más largo consiguieron llegar a las más altas ramas de las acacias africanas y por eso pudieron sobrevivir". Ser tan altas las ha beneficiado, pero no han evolucionado para ello.

Tema 4 de evolucion de la jirafa:
Demasiada sangre en la cabeza.
Es lo que les pasaría a las jirafas al inclinarse a beber agua. El corazón y las arterias que llevan la sangre a unos cinco metros de altura tienen que tener una gran potencia de latido. Con esa fuerza, bajar la cabeza hasta el nivel del suelo, sería someterla a una gran presión, parecida a las que sufrirían los pilotos de aviones caza al hacer una caída en picado si no llevasen trajes presurizados. La solución anatómica de estos animales es la posesión de unas válvulas en las arterias que controlan ese flujo de sangre e impiden que cuando la cabeza está abajo le llegue demasiada sangre. 
Para algunos creacionistas, o defensores del diseño inteligente que le llaman ahora, no se ha explicado cómo es posible que el cuello largo y ese sistema vascular hayan podido evolucionar por separado para conseguir ese efecto. Ellos tienen más fácil dar explicaciones, con atribuirlo todo a una "chispa divina" lo tienen solucionado.
En realidad ninguna mutación es afectada por la selección natural aisladamente, todas forman parte de un conjunto y se selecciona un todo. Además, ese cambio ha ocurrido a lo largo de millones de años de evolución, otra cosa que niegan los creyentes, que no aceptan las evidencias geológicas y atribuyen a la Tierra sólo unos cuantos miles de años. Es curiosa la obsesión de los creacionistas por buscar fenómenos evolutivos inexplicados, mientras que ellos lo solucionan todo de un plumazo por medio de la fe, sin demostrar nada.
Okapi hembra en el Zoológico de Amberest, Bélgica.
Tema 4 de evolucion de la jirafa:
Un amplio registro fósil.
Hay muchos fósiles de jiráfidos en yacimientos de Eurasia y en África, donde evolucionaron junto a otros mamíferos, los Afroteria. En el pasado hubo bastantes más especies que las actuales. En España, y concretamente en yacimientos madrileños, se han encontrado varias especies de jirafas fósiles. En contra de lo que dicen los creacionistas, sí hay jirafas fósiles con un cuello relativamente largo. Lo que ocurre es que no se ha establecido aún una línea evolutiva tan clara como con los caballos, cuyo registro es mucho más abundante.


Tema 5 de evolucion de la jirafa:
Una peculiar cornamenta.
Precisamente entre los fósiles de jirafa se puede observar que la presencia de cuernos en esta familia fue de lo más variado. Había especies con cuernos ramificados, parecidos a los de los ciervos y hasta casi discoidales y enormes. También las hubo con más de un par.
Los cuernos característicos de esta familia de artiodáctilos se llaman osiconos, tienen un núcleo oseo y están recubiertos por piel. Las jirafas actuales tiene un par de ellos y según las subespecies y la edad del ejemplar tienen más o menos desarrollado un bulto central en la cabeza que casi podría interpretarse como un tercer cuerno, más desarrollado en los machos. Además, en algunos ejemplares viejos pueden crecer unas nuevas puntas dirigidas hacia delante, saliendo de la base de los cuernos principales. Eso es muy coherente con lo que vemos en algunas especies fósiles con más desarrollo de osiconos que las jirafas y okapis actuales. 

Como ya vimos en otra entrada (puedes verla pinchando AQUÍ) los bóvidos tienen verdaderos cuernos con hueso por dentro pero queratina por fuera, los cérvidos tienen astas de hueso que cambian cada año,  los berrendos (únicos antilocápridos actuales) una parte ósea perenne y otra córnea que sí se muda, y los rinocerontes cuernos solo de quitina sin esqueleto interno.

En las jirafas tanto el macho como la hembra tienen cuernos, pero en los okapis solo los tienen los machos como puede verse en los ejemplares del Museo Nacional de Ciencia Naturales, donde se expone el esqueleto de una hembra y un macho taxidermizado. También puede observarse que el cuello de las jirafas y los okapis solo tiene siete vértebras, igual que otros artiodáctilos. Los cuellos largos se deben al alargamiento de las vértebras no a que haya aumentado su número.
Okapis en la exposición Biodiversidad del Museo Nacional de Ciencias Naturales, de Madrid.
Pero sin duda las jirafas son unos animales dignos de ser contemplados, sin calentarse demasiado la cabeza. Como decía en la entrada anterior, parecen venidas de otra época, cuando los grandes animales habitaban la Tierra y no se tenían que preocupar del primate que se autodenominó sapiens
Cría de okapi en el Zoológico de Amberest, Bélgica, uno de los pocos zoos donde se  reproduce  esta especie procedente de los antiguos territorios del Congo Belga.


Esta entrada es la segunda parte de:

Gallocanta, sus grullas y Biodiversidad Virtual

$
0
0
Grullas en un campo cercano a la laguna.
En esta foto se puede ver la diferencia entre un ejemplar joven y el adulto a la derecha. 
Hacía años que tenía ganas de visitar la Laguna de Gallocanta en la época del paso de las grullas. Había pasado por allí un par de veces, pero en pleno verano, con la laguna prácticamente seca y vacía de aves. 
La oportunidad se nos presentó recientemente cuando la plataforma Biodiversidad Virtual organizó una excursión fotográfica para el fin de semana del 17 de noviembre.
Las grullas eran la mejor excusa, pero evidentemente también esperaba ver y fotografiar otras especies y, por supuesto, conocer cómo funcionan estas jornadas de Biodiversidad Virtual, que ellos llaman "Testing". Algo nos falló el tiempo, porque el sábado amaneció muy nublado y con amenaza de lluvia. Fuimos hacia el lugar desde donde las grullas salen del dormidero aún en plena noche, para no perdernos ni un minuto del amanecer. Resultó un tanto decepcionante, pues aunque fueron numerosos los grupos de que nos sobrevolaron, entre la niebla apenas eran visibles, aunque sí disfrutamos de sus "conversaciones" en vuelo, con el gru-gru-gru para mantenerse en contacto.
Pequeño grupo de grullas. Me he dado cuenta de que a veces parecen ir coordinadas
 en su vuelo, por parejas. Aquí se aprecia perfectamente.
Pero el paisaje que se nos iba revelando a medida que el sol luchaba por vencer a la niebla era una maravilla, sin duda. 
Dicen los censos que ese día se vieron en la laguna 16.000 ejemplares de grulla, pero en días anteriores se habían contado hasta 35.000 todo un espectáculo a nuestro alcance que ningún naturalista debería perderse aunque solo sea una vez en la vida.
A lo largo del día el tiempo mejoró algo, y no llegó a llover hasta última hora, cuando ya habíamos visto a estas gritonas regresar a la laguna a dormir.


Llevo tiempo utilizando las galerías de fotos de Biodiversidad Virtual para identificar muchas de las especies que observo y más de una vez las he citado en el blog, pero hasta ahora no había colaborado para añadir imágenes a esta fantástica iniciativa. No voy a extenderme más porque he añadido un enlace en la columna de la derecha para quien quiera informarse más a fondo. 

La verdad es que los aerogeneradores en el horizonte,
 tan cerca de los lugares de migración de las grullas y otras aves, nos dan un poco de miedo.

Aparte de las grullas (Grus grus) pudimos ver varios cientos de patos. Pude hacer foto de tarros blancos (Tadorna tadorna) y ánades reales (Anas platyrhynchos) y, no sin ciertas dificultades, en la siguiente imagen se llegan a apreciar dos machos de ánade rabudo (Anas acuta). Os dejo el juego de intentar encontrarlos.
Y mirando y remirando las fotos, aparte de algún otro pato que no me atrevo a afirmar, me llevé una buena sorpresa. Nadie en el observatorio de La Reguera nos dimos cuenta de que un par de jabalíes atravesaba el grupo de grullas a la carrera, aunque algunos de los presentes llevaban unos buenos telescopios. Lo que más me sorprende del asunto es que las grullas no se asustaron en absoluto. Otra foto de peor calidad (que no he puesto) los muestra totalmente a la derecha, metidos literalmente entre las grullas.
Con ese tiempo no esperaba ver insectos, pero en medio del camino estaba esta avispa icneumónida, quizás del género Ichneumon. Me encantan estos animales, verdaderos "aliens", cuyas larvas se desarrollan en el interior de otros insectos sin llegar a matarlos hasta el último momento. Suelen ser difíciles de fotografiar porque se mueven con rapidez, pero aquí el frío fue mi aliado, al hacer que estuviese más lenta de lo habitual.
Entre un grupo plantas secas, creo que umbelíferas, nos llamó la atención que todas las cabezuelas estaban cubiertas por telas de araña que con las gotas de la niebla ofrecían un precioso espectáculo...
... perfectamente complementado por esta otra obra de arte arañil, que parecía adornada por cuentas de cristal.

Gallocanta está en un lugar privilegiado, al norte del Alto Tajo, en una zona entre Zaragoza y Guadalajara, muy cerca de Teruel, con rincones solitarios y preciosos con muchas posibilidades naturalistas. Es una de las zonas ideales para pasar unos días de aquí para allá con una gran variedad de paisajes. Además deberíamos prestar más atención a estos pueblos, casi despoblados, y apoyar a sus habitantes que no tienen nada fácil el día a día.
Por eso quiero destacar que nos alojamos y comimos en el Albergue Allucant, un lugar agradable, económico, que oferta diversas actividades naturalistas y con la gran ventaja, para nosotros, de admitir también a nuestra perrita, que aunque se comporta como la mejor de las viajeras, ya se sabe que no es fácil encontrar lugares que reciban de buen grado a los miembros caninos de la familia. Para quien quiera más información, AQUÍ está su página web, os lo recomiendo.

Y, sobre todo, muchas gracias a Eulalia, la organizadora del testing, a su encantadora familia y a los demás compañeros de esta jornada, que nos hicieron pasar un fin de semana de lo más agradable.

Como decía antes es importante apoyar las iniciativas conservacionistas de estos pueblos que tienen un especial patrimonio natural y casualmente Atanasio, desde su chajurdo, nos habla de la fiesta de las grullas en Navavillar de Pela, Badajoz. No te pierdas la entrada de su blog pinchando AQUÍ

Los gamos del Palacio de Riofrío

$
0
0

Ha amanecido en el entorno del Palacio de Riofrío, en Segovia, y los rayos de sol se van filtrando a través de las ramas de las encinas, fresnos y algún que otro plátano. Estamos a mediados de noviembre y las abundantes lluvias, incluso algo de nieve, han hecho salir los nuevos brotes de hierba cargados de nutrientes. Es lo que comen los gamos, que son los menos ramoneadores de nuestros tres cérvidos, y es lo que más necesitan ahora, después de las agotadoras jornadas de celo, la "ronca", cargada de peleas, estrés y cópulas.
















Los gamos, Dama dama, son cérvidos que habitaron en la Península Ibérica antes de las glaciaciones, y de hecho sus fósiles son abundantes en los yacimientos cuaternarios, pero se piensa que se extinguieron por el avance de los hielos. Así, quedaron solamente en Turquía y Oriente Próximo, pero en tiempos históricos, ya desde la época romana, han sido reintroducidos en muchos países de todo el mundo con fines cinegéticos y ornamentales, casi siempre alrededor de fincas de la nobleza.

Las hormonas aún tienen algo revolucionado el organismo de un hermoso macho que mantiene a su harén separado de otros ejemplares. Quizás alguna de sus hembras aún pueda ser montada y los aromas del celo siguen presentes manteniendo su excitación.
                   Elementos característicos del celo del macho de gamo, además de los cuernos, naturalmente.

Tiene la cuerna, las astas más propiamente dicho, algo asimétricas. El lado derecho con las puntas más marcadas que el izquierdo, pero eso no le ha impedido defender a este pequeño grupo. O quizás él no sea el primero en poseer el harén, a veces los machos más fuertes, ya agotados, dejan paso a otros menos poderosos, que esperan esa segunda oportunidad para intentar transmitir sus genes.
Las peleas le han costado a nuestro protagonista varias marcas en la frente y una buena herida bajo la oreja izquierda, que afortunadamente ya parece curada. Puede que una de las puntas de la ramificación más baja, la que sale hacia delante y no en vano le llaman "luchadera", le llegase a herir durante un enfrentamiento. Quizás la falta de prolongaciones en ese mismo lado haya jugado en su contra permitiendo que las astas del contrario se deslizasen hasta la piel en lugar de trabarse.


Entre las hembras hay una muy joven que seguramente acompaña a su madre pero aún no entra en celo y un joven macho que solo tienen dos puntas por cuernos, que persigue a las hembras con curiosidad pero se mantiene justo en el lado contrario al macho adulto, que en cuanto le tiene a la vista le obliga a darse una carrera.


Las dos puntas indican que solo tiene un año de edad, pero eso no sirve para los años siguientes porque, como en los ciervos, el número de puntas no tiene nada que ver con la edad sino con la salud y la fertilidad del macho en cuestión.
Estaba yo tan entretenido, observando y fotografiando este grupo, cuando una turista trotando con sus zapatos de tacón sobre el suelo de piedra y un llamativo abrigo blanco, a la vez que daba los típicos grititos de ¡mira, mira, mira!, se acercó cámara de fotos en mano y les hizo poner pies en polvorosa. No fue mucha la alarma de los gamos, como demuestran las colas en posición de descanso, pero lo suficiente como para dar por terminadas mis observaciones, mi sesión fotográfica ... y la suya.






El Palacio de Riofrío pertenece a Patrimino Nacional y es visitable (previo pago). Además de las típicas dependencias reales, cuadros y muebles, alberga un museo de la caza con trofeos cobrados por diversos monarcas y un conjunto de dioramas que muestran las "piezas de caza" en su medio ambiente. Estos dioramas fueron realizados por José Luis Benedito López y en su fase final ayudado por su hijo José Luis Benedito Bruño, que se ha encargado de mantenerlos limpios y en buen estado hasta su reciente y prematuro fallecimiento.
También en el palacio hay un buen restaurante donde degustar las especialidades de la zona.

Solo es visitable el monte en el entorno más inmediato al palacio y para eso no hay que pagar. Es posible ver ciervos y especialmente fácil a los gamos que lo habitan. También se pueden observar y fotografiar desde el coche en las carreteras de acceso.
Aconsejo ir entre semana o, al menos, a primera hora. Ver los horarios de apertura del palacio, porque hay barreras unos cientos de metros antes de llegar a él y no se puede pasar fuera de las horas de apertura sin autorización expresa.
En internet hay abundante información sobre el palacio y su historia, así que para no repetirla dejo en enlace a la web oficial:
http://www.patrimonionacional.es/Home/Palacios-Reales/Palacio-Real-de-Riofrio.aspx


El Lobo: Nuevo Cuaderno de campo de Félix Rodríguez de la Fuente.

$
0
0



Ya está disponible para los iPad y para Android la nueva versión de los "Cuadernos de campo de Félix Rodríguez de la Fuente".
El precio, casi podríamos decir que es simbólico, porque ni siquiera llega a los tres euros, pero su éxito es imprescindible si queremos asegurar la continuación del proyecto. 




Generalmente no hago este tipo de entradas porque me centro en mis observaciones, pero en esta ocasión me gustaría compartir con vosotros la noticia porque tengo el orgullo de haber trabajado en este proyecto. En efecto, he colaborado en la redacción de los textos, adaptándolos al nuevo formato, y en la actualización de diversos datos, como los mapas de distribución, nomenclatura, subespecies, etc.
El principal objetivo era ser lo más fiel posible a los cuadernos originales y al espíritu de Félix, algo sencillo cuando se ha sido un discípulo (televisivo, lector y radiofónico) del querido doctor, su manera de ver la naturaleza y de contar las propias observaciones. Espero que eso se refleje habitualmente en este blog. 
Es muy difícil explicar la sensación que uno tiene cuando ha colaborado en la continuación de algo que en su infancia y juventud ha sido toda una referencia, tan vital como los trabajos de Félix Rodríguez de la Fuente.

No voy a extenderme más porque toda la información necesaria se puede ver en los enlaces que pongo a continuación. Pero antes, disfrutad con el vídeo del "cómo se hizo" el dibujo de la portada por el fantástico dibujante Fernando Ferreiro y del proyecto en sí, desarrollado por Render Area. Merece la pena verlos a pantalla completa:




Ese de los minutos 38-40 es un servidor.

La web del proyecto:
En la web de la Fundación Félix Rodríguez de la Fuente aparece claramente destacado:
El enlace directo para comprar la app para iPad es:
Y para Android

https://play.google.com/store/apps/details?id=air.com.render.lobo




La cigüeña que vino de más lejos que París y otras compañeras.

$
0
0

Cigüeñas anilladas en Manzanares el Real

Cigüeña crotoreando cerca de un nido

Durante estas fechas navideñas ha habido unos cuantos días de tiempo cálido y soleado, que invitaba a hacer escapadas, por cortas que fuesen, para librarse de compras y obligaciones familiares y estar al aire libre por un rato. Así es como un par de días me acerqué a Manzanares y Soto del Real, muy cerca de casa, y me dediqué a observar y fotografiar cigüeñas entre las dehesas de fresnos. 
Fue por casualidad que me di cuenta de que una de ellas tenía una gran anilla blanca en la tibia con unas cifras que pude leer una vez que vi las fotos en el ordenador, al ser ampliadas.
Buscando por internet descubrí que algunas de esas anillas, con cuatro letras proceden de Francia. Incluso pude contactar con el anillador de una de ellas, Alain Chartier, que me ha facilitado la información disponible de ese ejemplar.

Cigüeña con anilla ACSI
Se trata del ejemplar con la anilla ACSI, que le fue colocada siendo pollo en su nido el 10 de junio del 2002 en el Parque Natural Regional des Marais du Cotentin et du Bessin, en Normandía. Posteriormente se ha observado en el mismo lugar, sobre nido, todos los años desde el 2004 al 2012, su pareja en el 2011 portaba la anilla AAXX. En febrero del 2012 fue la última vez que se vio en esa zona. ¿Habrá venido a invernar otros años? ¿Volverá a Francia entre enero y febrero de este año para volver a criar allí? Habrá que fijarse en los ejemplares nidificantes de este año por si esta u otras cigüeñas francesas deciden quedarse en Madrid.


Pareja de cigüeñas, una de ellas con anilla OVMV
En las siguientes fotografías se pueden observar algunas anillas más, cuya referencia he enviado al Grupo de trabajo sobre las cigüeñas blancas de Francia, pero no he obtenido respuesta aún. Puede verse su web en español en este enlace. Es posible que no sean del país galo ya que en dicha página solo indica que las anillas francesas empiezan con la letra A y que tienen en la otra pata una anilla metálica, lo que no siempre se da, pero también reconocen que la lista que publican no está actualizada.
Por si alguien tiene interés en saber la procedencia de estas aves, o sabe de donde vienen, me he animado a hacer esta entrada con las fotos de los ejemplares y sus anillas. Igualmente, si alguien tiene información sobre ellas, le ruego que me lo comunique.
 Otra vista de la cigüeña con anilla OVMV
 Cigüeña con anilla TMCA
Cigüeña con anilla XC31
Misma cigüeña con anilla XC31 en el suelo
Anillas sin poder leer, a la izquierda de color blanco y aparentemente con lateral plano y a la derecha gris.
Desde luego, había unos cuantos ejemplares más poseedoras de anillas, tanto en estas dehesas y prados como en las orillas del embalse, unos centenares de metros más allá.
Pero no solo me dediqué a fotografiar anillas, también algunos detalles de su comportamiento, como el crotoreo.
Y la curiosa actitud de una urraca, que en cuanto las cigüeñas abandonaban el nido se apresuraba a meterse en él. Supongo que a falta de huevos en el nido quizás aproveche algún resto de alimento o ¿quien sabe? a lo mejor no entiende de fechas de puesta de las cigüeñas y no pierde la esperanza de darse un buen banquete. Supongo que cuando las cigüeñas tengan huevos o crías indefensas se cuidarán muy mucho de abandonar el nido las dos a la vez.

Cigüeña en nido

Urraca que entra en el nido anterior a los pocos segundos de  
ser abandonado por la pareja de cigüeñas.
Cigüeña con radiotransmisor
Además, mirando las fotos que hice de los ejemplares en vuelo, me llevé otra sorpresa, una de ellas llevaba un radiotransmisor, muy bien camuflado, eso sí..


Misma cigüeña de la foto anterior, con radiotransmisor.
Y, aunque ya sea bien conocido, también quiero mostrar el detalle positivo de los hierros disuasorios para que las cigüeñas no se posen en este peligroso tendido eléctrico, en esta zona donde hay cientos de estas zancudas.
Protectores en tendidos eléctricos.
Bueno, no soy ornitólogo ni me he dedicado al anillamiento, aunque por esta vez he hecho esta pequeña incursión en este interesante tema.

¡Ah! Para el que lo estuviese esperando, ya está disponible la versión Android del Cuaderno de campo del lobo. Podéis ver el enlace en la entrada anterior, que he actualizado y puesto en la columna derecha.
Viewing all 126 articles
Browse latest View live